Las crocks. Enero. El frío. La gente maleducada. La lechuga y prácticamente todos sus derivados. McDonalds, Burger Kings y KFC. Los domingos por la noche. La falta de empatía. Los chicos con bufanda. Las botas de caña alta. Las faltas de ortografía. El humor negro. La irresponsabilidad. El estampado de leopardo. Los días lluviosos, ir sin paraguas y el invierno. No respetar la distancia mínima interpersonal que todo ser vivo merece. Lo que se nos escapa de las manos. Ir de camping, acampar durante más de dos días y dormir bajo la intemperie. Las palomas. Cualquier tipo de ave que tenga alas, esas pezuñas feas y pico. No encontrar nunca el término medio. El reggeaton. Todo aquello que no tiene sentido alguno. Las películas de miedo. La coca cola. Chats, WhatsApps y cualquier tipo de comunicación por pantalla. Los extremos. Las chanclas de riu. Limpiar los cristales. Plantarse a 7 de enero y desmontar el árbol de Navidad. La gente que camina a una velocidad muy por debajo de lo normal. Las sombrillas voladoras y sus propietarios que no saben clavarlas en la arena. Gritar. La zanahoría rallada. Tener dignidad con 3 cervezas de más. Contar chistes. Decir palabrotas o cualquier palabra malsonante. Los maratones de cine (¿realmente se puede ver más de una película al día?)
DE CÓMO NO DEFINIRSE
