A pesar de que en mi curriculum ponga que me dedico al marketing y que lo mío es el copywriting (por mucho que esté felizmente graduada en psicología), la profesión en la que tengo más experiencia es en la de ser profesora particular.
Los clásicos de las clases particulares:
Los huesos duros de roer
Las asignaturas que, por lo general, llevan peor son mates e inglés. Las mates tienen un gran problema; si no entiendes la base, no vas a entender nada. No podemos pretender que se resuelva una ecuación con denominadores y radicales si no saben hacer fracciones. Y año que pasa, año que se complica el asunto. No me vas a aprobar un examen de 4o de ESO sin entender el fundamento, te lo mires como te lo mires.
La motivación de los padres
Los deberes. Los padres son unos motivados que a principio de curso te piden que les pongas deberes. Aunque sabes perfectamente lo que va a pasar, le das al niño en cuestión el beneficio de la duda y lo intentas. Mientras tú le estás diciendo: «voy a ponerte deberes, tráemelos el próximo día» en su cabeza hay un mono tocando los platillos. Tal que así. Jamás te los van a traer hechos. O te lo dirán tal cual o recurriran al clásico: me los he dejado en casa. Mentira, evidentemente.
Evitar, a toda costa, la comunicación
Jamás, repito JAMÁS, les des tu whatsapp si no quieres recibir 20 mensajes al día de cómo hacer tal ejercicio o pidiéndote si les corriges el otro. Son más pesados que los grupos de amigos que no paran de enviar gifs.
El diablo sabe más por viejo que por diablo
Te la van a intentar colar sí o sí. Si les dices copia todo el ejercicio, van a hacer ver que lo hacen pero tú, que les llevas años te ventaja, te vas a dar cuenta que solo han escrito las respuestas. ¿Solución? Quitarles el libro y hacer que te lo lean todo ellos. Quién ríe último, ríe mejor.
El síndrome de diógenes no lo tienen, por lo visto
Tu vas a hacerles apuntes súper monos con colorines y todo muy bien explicado que ellos van a perder en menos que canta un gallo. Al final opté por hacerlos en ordenador y enviárselos por mail. Ahorrábamos tiempo, dinero y contaminábamos menos.
Su respuesta fetiche a cualquier pregunta que no sea: ¿Cómo ha ido el finde?
No sé. Odio el maldito no sé. Es su respuesta favorita para cualquier pregunta. Esa y la de: lo sé pero no sé explicarlo. Un segundo más tarde de que les preguntes y especialmente en las preguntas de reflexión personal.
Problemas con la persona gramatical
Cuando hacen un ejercicio que empieza con: ¿Qué piensas sobre….? / ¿Por qué crees que…? Y te miran esperando a qué respondas tú. Claramente tu profe no quiere mi respuesta y no soy yo quién debe dar su opinión.
Esto en mi época no se hacia así / no lo dábamos.
Frases de manual. Ellos te ven como un vejestorio aunque te lleves menos de 10 años, por lo que siempre debes tenerla a mano. Cuando no sepas hacer algo, el no lo dábamos es el mejor recurso. (En ocasiones es totalmente cierto)
Las mates son el gran ejemplo. No, no se me dan bien. Y aquí termina su relación con ellas. Encaran cualquier ejercicio frustrados y sin ganas de sacarlo. Sí, probablemente no tienen la base adecuada, pero una vez van pillando las cosas, son más que capaces de ir resolviendo lo que les pongas por delante.
Quizás (bueno, sin el quizás), deberíamos replantearnos el sistema educativo que tenemos y el tipo de educación que les estamos dando a las futuras generaciones. Y eso sin entrar en la parte de la educación emocional y los valores que da como para 800 artículos más.