A estas alturas de la película (bueno, de la vida), ya soy una persona bastante madura y responsable (¿a quién queremos engañar?) que solo sigue restaurantes, marcas y revistas en facebook.
Bueno, quiero matizar algo. Los sigo por obligación: un concurso, alguien me lo pide, por trabajo… pero siendo sinceros si no trabajara en redes sociales dudo que usara facebook. Actualmente no soy el target de facebook.
Pero hubo una época en que nuestra vida pasó a concentrarse en dicha plataforma social. Podría pasarme horas hablando acerca de la relación que mantubimos con la red, pero no he venido a hablar de eso.
Para nada,
He venido a hablar de algo MUCHO MÁS importante que ya está más muerto que vivo, pero que me dió la vida durante mis épocas de estudio (dos semanas por semestre, lo que vienen a ser cuatro semanas al año).
LAS PÁGINAS DE FACEBOOK.
Confieso que tuve un gran problema con ellas. No podía parar de hacerme fan de todas las que eran mínimamente graciosas. Me superaba. Pasaba HORAS buscando nuevas páginas y riéndome sola. Porque otra cosa no, pero reir sola es algo que hago con demasiada frecuencia. Normalmente de tonterías que a nadie más le parecen graciosas. Pero no es mi culpa que en el reparto de genes me tocara un umbral tan bajo para reir.
Gracias a dios, no fue necesaria ninguna intervención pero me imagino que mis contactos de facebook debían estar un poco hasta las narices de mi apareciendo en el feed cada 2×3 dándole me gusta a todo.
Bueno, a todo no, que conste. Tengo ciertos estándares en la vida (aunque no lo parezca).
Siento la necesidad de hacer un repaso por todas las perlas que alguien puso por escrito transmitiendo lo que todos pensamos o hemos pensado alguna vez en nuestra vida. Allá vamos:
Gente que no trabaja pero viaja mas que Willy Fog. (Aún por descubrir cómo lo hacen)
Si me vas a querer con «K», no lo hagas. (#EscribeBienGracias)
Los hombres con barba son la clave (#FAN)
Sin sentido de orientación ves mucho más del mundo. (Sin duda alguna)
Cuenta la leyenda Que la parte azul borraba boligrafo (Nadie lo ha confirmado aún)
Decir algo sin acritud, pero decirlo (todo sea para tocar las narices)
Establecer estadísticas de duración de relaciones ajenas
Vivir en la inopia mediante la negación de la evidencia (mucho más feliz, oye)
Optativas que se creen troncales
Sentirse estudiantilmente realizado solo por ordenar apuntes (Por algo se tiene que empezar)
Trasladar a los funerales la frase típica de bodas ¿y tú para cuando?
Momento apocalíptico en el que piensas que has perdido la carpeta de la uni. (un #DRAMA otro nivel)
Camareros que calientan la leche en las calderas del infierno
Escuchar jazz en tu loft neoyorquino mientras te tomas una copa de vino (seguiré esperando que llegue el momento)
Y me la sudará por los siglos de los siglos. (Amén)
No te he oído, así que voy a reírme y esperaré que no sea una pregunta. (En realidad esto suele pasarme… ventajas de tener un oído de menos)
Empezar diciendo «con el debido respeto» para acabar soltando una burrada.
Hablar sin contemplar la posibilidad de intención comunicativa alguna.
Decir «es la última vez» y repetir con gusto y alevosía.
Usar vocabulario complejo en los exámenes para ocultar tu desconocimiento. (Un clásico)
Presentarse a la gente diciendo nombre y profesión. (Debería empezar a implementarlo en mi vida)
Lo único que falta en Ryanair es que las azafatas vendan romero. (Espérate tú)
Hacer muchas cosas improductivas a la vez. (Mi especialidad en la vida)
Te dije que estaba ahí en cinco minutos, no me llames cada medía hora.
Te aplaudo porque has terminado no porque me haya gustado.
Vivir con la esperanza de pegar el estirón. (A mis 27 años aún no la he perdido y seguiremos manteniéndola. Quizás después de mi próxima fiebre me levanto con 5cm más)
Yo lo suelto y si cuela cuela y si no me la pela. (Mi mantra en la vida)
Beber insecticida cuando se empiezan a sentir las mariposas en el estómago. (Mejor prevenir que curar)
Mirar con orgullo la marca del bañador despues de una hora de playa (Ritual diario de marzo a octubre)
Terminar de contar un plan diciendo: «Ahí es donde entras tú»
No eres tú, es tu ortografía. (#SorryNotSorry)
El noble arte de discutir sin tener ni idea de lo que se está hablando.
Sentir miedo cuando te dejan solo en la cola con el carro y sin dinero. (Mamá, aún no se me ha quitado el trauma)
Estudiantes que querían ser psicólogos y acabaron en un psiquiatra. (No hace falta decir nada más)
¿Hacemos un pensamiento? (Catalanadas en estado puro)
No me interrumpas mientras te estoy ignorando. (#GRACIAS)
Repetir de distintas formas el mismo concepto para alargar el examen. (Otro clásico)
Me voy a tomar el sol. A 27 nubes les gusta esto. (#DRAMA)
Pero si la respuesta ocupa tres líneas… ¿Que narices escriben los demás? (Dudas vitales en medio de un exámen)
Hacerme un horario de estudio y no cumplir ni los primeros 5 minutos
Cafeterías que tienen una facultad
El finde justifica los medios
Apuntes que estudian solos en la biblioteca. (Durante 3 horas en las que estás echando cerves en el bar del lado. ¿Por qué crees que me gustaba tanto ir a la biblio?)
Sentirse deportivamente realizado subiendo las escaleras normales del metro.
Suele pasar, a mi no me ha pasado, pero suele pasar. (yo hablando del amor y las relaciones)
Si no puedes ayudar, estorba. Lo importante es particpar. (Mi madre puede dar fe de ello)
Ahora no puedo, tengo qe regar a mis cactus. (y otras formas de decirte que hoy no vamos a quedar. Ni mañana. Ni dentro de un mes)
Perdona si te llamo ERROR. (Federico Moccia, al igual que el DIario de Noa, hizo mucho daño a esta sociedad)
Cambiar los fluorescentes de las bibliotecas por lámparas de UVA (¿Podemos hacer una petición a Change.org?)
Gente en apariencia normal que luego te manda whatsapps de ositos. (#DRAMA)
Ir de bar en peor.
¿Te hago un plano?
«Ya voy», cuando en realidad nunca me he llegado a plantear la opción de ir.
El subnormal que en las pelis de miedo cree que lo mejor es separarse. (Gente lista hay en todas partes)
Yo también me puse varias capas d ropa para no pagar por sobrepeso a Ryanair (He llegado a llevar un bolso dentro de la chaqueta)
Siempre he querido darme la vuelta en la silla y decir: Te estaba esperando (Algún día lo haré)
Fe y creencias espontáneas que surgen horas antes de un examen (Todas las que tú quieras y siguen surgiendo sin exámenes de por medio)
Dejar para mañana lo que ayer dejé para hoy (La historia de mi vida con la plancha)
Cambio órganos vitales por sitio en la biblioteca (Estar a las 9 de un domingo haciendo cola para entrar en la biblioteca era un #DRAMA).
Abuelas que dan dinero a los nietos como si fuera contrabando.
Llamar a la gente por su nombre completo cuando vas a echar bronca. (Vamos a ponernos serios)
Gente que cree que «Citas favoritas» son lugares donde se va con pareja. (No voy a hacer comentarios al respecto. NEXT)
Profesores que se piensan que tenemos una copisteria en casa (y que la tinta me la regalaban)
La libre interpretación de los apuntes ajenos
No hay bar que por bien no venga
Hacer un descanso mientras estudias, y que se te vaya de las manos
Esto no me lo estudio porque creo que es mentira
He decidido parar por tu bien, querido lector. Yo por mi podría seguir durante horas, pero como aún no he marcado la casilla de mi buena acción del día, mejor lo dejo y te hago un favor.
Sé que acabo de malgastar un artículo escribiendo una soberana tontería sin interés alguno y que probablemente ni tan siquiera hayas llegado aquí.
Pero solo con lo que me he divertido escribiendo el artículo, ya merece la pena ser publicado.
PD: Me he dado cuenta que después vino una época de hacerme fan de los restaurantes pero ese es otro tema que abordaremos en otro momento.