Realmente esta entrada debería girar entorno a proporcionar una respuesta acerca de la cuestión. Eso sería lo lógico teniendo en cuenta el título que le he puesto, sin embargo, creo que eso no va a pasar.
Prometo solemnemente que lo voy a intentar.
Pero no aseguro conseguirlo.
Básicamente porque ni yo misma lo sé y menos lo entiendo.
Esto es un poco como el hecho que, por muchos 28 años que teoricamente tenga, sigo pareciendo menor de 25. Obviamente yo me miro en el espejo y me creo mi propia edad, pero se ve que soy la única que lo hace.
Con el tema de mi procedencia geográfica sucede lo mismo.
Lo descubrí por primera vez hace unos 3 años, cuando me fui a Málaga en un viaje exprés cogido a último minuto.
No había muchos problemas idiomáticos porque, aunque algo de acento catalán puedo tener (yo diría que no mucho, todo hay que decirlo), considero también el castellano como mi lengua nativa por lo que la hablo bastante muy bien, gracias.
Todo hubiera ido perfectamente si la gente no se hubiera empeñado en empezar todas las conversaciones conmigo en inglés. Hasta aquí, mira, tiene un pase. Pero cuando yo les hablaba en castellano y me preguntaban si prefería en inglés pues imagínate mi cara… un poema.
¿Cómo voy a preferir que me hablen en inglés si me estoy dirigiendo a ti en un español bastante decente, alma de cántaro?
El taxista que me llevo al aeropuerto (muy simpático, todo hay que decirlo- Guapo no, pero simpático lo que quieras), me dijo que entre el pelo rubio y que muy morena no estaba, que parecía estranjera. En este punto me indigné internamente lo que no está escrito. Estábamos a finales de agosto, ¿cómo que no estaba morena? Empiezo a tomar el sol en marzo… puedes echar cuentas tú mismo. Decirme a mi que no estoy morena en agosto es cavar tu propia tumba, avisado quedas.
Todo hubiera quedado en una simple anécdota si no me hubiera seguido pasando en barcelona. Es entrar en un starbucks y que me pregunten en inglés que qué voy a tomar.
En Tinder a veces también me ha pasado. Me empiezan a hablar en inglés hasta que, a saber en qué punto de la conversación, te das cuenta que no era necesario y que has malgastado tu energía y tus neuronas.
Al final, hace unos meses alguien se digno a decirme que era por mi cara. Que sí, que el rubio, el color de piel y tal también, pero lo que me desterraba de mi propio país era la cara que tenía.
Pues yo que quieres que te diga. Ok que mi madre sí que parece guiri por ser muy blanquita, tener los ojos claros y ser bastante rubia, pero yo precisamente soy clavadita a mi padre. Ni rasgos delicados, ni ojos azules, ni pelo muy rubio ni nada por el estilo.
Enterarte a los 20 y tantos que pareces guiri es un #drama que aún me está costando de asimilar.
Eso sí, pienso jugarlo en mi favor. Ya verás la próxima vez que no me apetezca responder algo, voy a hacerme la sueca (literalmente) y tan a gustito que me voy a quedar.